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Qué ver en Oviedo en un día

Ver Oviedo en un día es todo un reto, pero si no dispones de mucho tiempo en la capital asturiana, aquí te damos las claves para que disfrutes de una estancia corta e intensa. La mejor opción para ello es desplazarte en coche, lo que te permitirá visitar buena parte de los monumentos que hacen de Oviedo una ciudad de ensueño.

¿Visitas Oviedo un solo día? Estos son nuestros puntos de interés imprescindibles:

  • Por la mañana:
    • Disfrutar de la naturaleza junto a Santa María de Naranco y San Miguel de Lillo
    • Parada en San Julián de los Prados
    • De vuelta al centro para ver la Catedral y la Cámara Santa
    • Un paseo por el mercado de El Fontán y Trascorrales
  • Hora de comer:
    • Gascona: tomar sidra y comer como un carbayón
  • Por la tarde:
    • Admirar la fachada del Teatro Campoamor
    • Visitar la escultura de Woody Allen
    • Pasear por el Campo de San Francisco y ver la escultura de Mafalda
    • ¡Probar las moscovitas!

Durante la mañana: Prerrománico, Catedral, El Fontán y Trascorrales

Si estás preparado para conocer la mayor riqueza cultural de Oviedo, monta en tu coche y disfruta de la pequeña ruta de cuatro kilómetros que separan la capital de la ladera sur del monte Naranco, donde se asienta el majestuoso palacio de Santa María. Construido en tiempos del rey Ramiro I, se terminó en el año 842 y es uno de los más bellos ejemplos del arte prerrománico asturiano. Declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, hay visitas guiadas para quienes quieran conocer su interior.

 A unos metros de este edificio se encuentra la iglesia perrománica de San Miguel de Lillo, construida también en época de Ramiro I. De ella destacan sus contrafuertes y las celosías. Por motivo de las obras de mantenimiento su interior permanece cerrado al público de forma indefinida. Para más información se recomienda contactar con la oficina de Turismo antes de ir.

Tras un paseo en plena naturaleza, toca volver a la ciudad con una parada en El Milán, a la entrada de Oviedo, para visitar el tercero de los grandes monumentos prerrománicos de la ciudad: San Julián de los Prados. Se construyó durante el reinado de Alfonso II el Casto (791-842) y se puede visitar de lunes a sábado de 10 a 11:30 horas.

Una vez vista, lo mejor es volver al centro de Oviedo para contemplar el edificio más famoso (con permiso del Prerrománico): la Catedral.

«Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y no al Señor», se dice popularmente, y no en vano son muchos los peregrinos que pasan por ella cada año. La Catedral de San Salvador es principalmente de estilo gótico y su máxima peculiaridad es su única torre, amén de atesorar multitud de detalles de diferentes épocas a lo largo de sus casi tres siglos de construcción.

También merece la pena visitar la Cámara Santa, construida en el siglo IX y compuesta por dos capillas superpuestas. Para más información se puede consultar la página oficial de la Catedral.

Tras esta visita para contemplar el arte religioso, merece la pena descansar con un paseo por el mercado de El Fontán, una plaza cubierta a escasos 5 minutos de la Catedral. Era el antiguo corral de comedias y desde allí está a un paso la colorida plaza de Trascorrales, uno de los rincones más pintorescos de la ciudad, desde donde se puede tomar pulso a la ciudad. En esta plaza se hallaba el antiguo mercado de pescado y actualmente cuenta con una amplia oferta hostelera.

Hora de comer en Gascona, el Bulevar de la Sidra

Para abrir aún más el apetito tras un intenso paseo matutino, nada mejor que repostar energía en esta calle mítica que se ha convertido en el epicentro turístico con una gran variedad de restaurantes y sidrerías. Se encuentra a tan solo 2 minutos andando de la Catedral (en dirección contraria a Trascorrales) y en ella será fácil cumplir con una tradición íntegramente asturiana: tomar unos culinos de sidra. Recuerda: la sidra se pide por botellas y cada culín o trago se bebe de una sola vez inmediatamente después de ser escanciada.

Las opciones para comer son infinitas: la fabada asturiana, el cachopo (que se ha puesto de moda en los últimos años), el pescado y el marisco son solo algunos de los manjares de la tierra. Deja sitio para el postre porque, como no tardarás en descubrir, en Asturias el dulce es una obligación.

Paseo por la tarde: Teatro Campoamor, San Francisco y últimas compras

Estamos convencidos de que después de comer te vendrá bien caminar, así que por la tarde, y sin salir del centro, lo mejor es darse un paseo tranquilo por otra de las zonas más reconocidas de la ciudad. El Teatro Campoamor es mundialmente por la entrega anual de los Premios Princesa de Asturias y es uno de los centros culturales clave de la provincia. Oviedo es un auténtico museo al aire libre de escultura urbana y no será difícil encontrarse en la zona con numerosos ejemplos como el ‘Culis monumentalibus’ de Úrculo frente al Campoamor, ‘La Regenta’ frente a la Catedral o ‘El viajero’ en la plaza Porlier.

Pero si hay una que ha conseguido más fama que ninguna es la escultura de Woody Allen que se encuentra en la calle Milicias Nacionales. De esta forma, la ciudad de Oviedo agradeció al artista sus elogios tras recoger el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en el año 2002. Como nota curiosa, le han robado las gafas a la escultura en numerosas ocasiones.

Desde aquí, nos dirigiremos al Campo San Francisco a unos pocos metros del otro lado de la calle Uría, uno de los ejes comerciales de la capital. Este parque urbano es el sitio de esparcimiento por antonomasia de los ovetenses y su origen se debe a los huertos de un convento ya desaparecido. Dentro de él podrás ver la escultura de Mafalda, a todo color, de Quino, a imagen y semejanza de la de Buenos Aires.

Si quieres finalizar tu experiencia en Oviedo no te olvides de pasarte por la confitería Rialto, responsable de las típicas moscovitas, uno de los dulces más reconocidos de la ciudad.